Charles Romarin, Antoine J. Rois
y Juan Pedro Sioen se cruzaron una noche de invierno, sin pretenderlo, en la ciudad
de Brujas, Bélgica, en un antro al que poco tiempo después bautizaron como “La
madriguera”. Del resultado de aquellas largas noches de letargo, nos llega esta
atrevida obra compuesta de microrelatos afilados y poemas lúgubres... y con
ellos, unas palabras sueltas:
"Para nosotros, la génesis de las púas de este atormentado erizo
está en la imposibilidad y el desencanto de intentar vivir en el presente con
el pasado a cuestas. Nos valimos de la prosa en estos textos cuasificticios
intentando que fueran audaces, claros, directos y dolorosos, intentando aclarar
asuntos e intentando crear dogmas, dejando el pesimismo como (falso) mensaje en
todos ellos. Una mala racha, digamos."
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